Tecnología

El nombre no importa

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Curioso lo que ha pasado estos días con la recién anunciada aplicación Paper de Facebook. Este «lector de noticias» para dispositivos móviles no es más que una adaptación de la idea con la que Flipboard ya ha triunfado en el mercado, pero como no la he probado «en mis carnes» no puedo decir mucho más de ella como tal.

De lo que sí puedo hablar es de cómo ese nombre no parece importar mucho. Al menos no en ciertos casos, porque en realidad el nombre de esa aplicación ya estaba cogido. Lo hicieron los chicos de FiftyThree, que en 2012 lanzaron una aplicación de «creatividad móvil» que precisamente se llamaba así, Paper. No sé si en privado los responsables de la herramienta reaccionaron de otra forma, pero su reacción pública fue de lo más elegante. En un post llamado «Every story has a name» contaban su caso de buenas formas, e incluso admitían que su relación con Facebook había sido impecable hasta ese momento. Por supuesto pedían cambios en el nombre de la aplicación de Facebook, cambios que no parece que vayan a producirse.

Pero hay otro capítulo más en este culebrón. El de la empresa MiSoft, que le metió un pequeño gol a John Gruber –que ya había hablado del primer incidente– indicando que en realidad ellos fueron los primeros en ofrecer una aplicación que, oh sorpresa, se llamaba Paper. Gruber tuvo que actualizar ese artículo porque los chicos de FiftyThree le avisaron: en realidad su Paper (el de FiftyThree, que nos liamos) era cinco meses más antiguo que el segundo Paper (el de MiSoft).

¿Cómo acabará esto? Pues seguramente con cuatro consecuencias:

1. Seguirá habiendo tres aplicaciones con el mismo nombre

2. Habrá una empresa muy enfadada con otras dos

3. Habrá una empresa muy enfadada con otra

4. Habrá una última empresa a la que le importará un pimiento los enfados de las otras dos.

Es irónico que en Estados Unidos, donde patentes absurdas se registran a diario, no tengan algo más de respeto por las marcas comerciales que sí definen un producto y lo hacen (o deberían) indistinguible de los demás. Otra cosa, cuidado, es que esas marcas se aprovechen de términos abstractos y demasiado generalistas, que también tiene su aquel.

Lo dicho. Parece que al final el nombre no importa (tanto).

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3 comentarios en “El nombre no importa

  1. Jorge dice:

    Yo tuve un caso parecido.
    Mi empresa se llamaba Azure y nos dedicábamos a desarrollo de software, y un buen día Microsoft decidió que a su Windows nuevo, le iba a llamar Windows Azure.

    Demandamos a esta gente, y poco antes de llegar a juicio, llegamos a un «acuerdo» (por sintetizar).

    Ahora me hace gracia ver el partido que le están sacando, y lo bien que les va con Azure. La verdad es que me alegro de todo el potencial que le han sacado.

Comentarios cerrados