No tengo muchas ganas de escribir por aquí, pero tampoco quiero dejar abandonado el blog, así que a falta de ideas -llevo media hora descartando chorradas– rescato un post pendiente que tenía en mente. Los usuarios de smartphones estamos viendo cómo el uso de pantallas táctiles e interfaces como las del iPhone o Android 1.5 ‘Cupcake’ permiten evitar la necesidad de teclados físicos, algo que entre otras cosas ayuda a mantener unas dimensiones comedidas para estos dispositivos y favorece la integración de «grandes pantallas».

Obviamente eso obliga a la utilización de teclados virtuales en pantalla, que para muchos resultan un engorro porque «acertar» en las teclas no es tan evidente como cuando uno dispone de un teclado físico.

Las BlackBerry son especialmente famosas por esos teclados, y aunque nunca he tenido ninguna más que un ratito, lo cierto es que hay que admitir que la gente de RIM sabe aprovechar esa característica. En otro extremo está toda esa gente que escribe mensajes a una velocidad increíble (¡pipi!) con los teclados numéricos convencionales de los móviles «de andar por casa».

Sin embargo, los teclados virtuales no están tan mal. De hecho y como suele suceder, todo es acostumbrarse: desde que he actualizado el iPhone 2G para disfrutar del iPhone OS 3.0 ya puedo acceder al modo apaisado de escritura en utilidades en los que antes no se podía usar (SMS y notas, por ejempo).

Y una vez le coges el tranquillo a los pulgares la cosa va bastante suave, y he incrementado notablemente la velocidad de escritura respecto al modo «retrato» en el que lo de los pulgares es mucho más complicado si uno tiene manazas como las mías.

Si a eso le añadimos el hecho de que la corrección de texto funciona bastante bien en el iPhone, la cosa ya es más interesante. Si te has equivocado en alguna letra, puedes seguir escribiendo con la tranquilidad de que el software te la corregirá automáticamente a no ser que sea una palabra «de tu jerga», así que los teclados virtuales yo creo que pueden ser prácticamente tan válidos como los físicos. Vale, no voy a ganar a nadie en una carrera de escritura rápida, pero escribo razonablemente rápido en el iPhone. ¿Qué opináis? ¿Es el teclado físico un apartado crítico de vuestros terminales?